El Gobierno de España se propuso como misión producir mucho más con menos y achicar la huella de carbono del país. Para conseguir este ambicioso objetivo, se ha implementado una estrategia que se enfoca en la eficiencia energética en distintos campos, como la industria, el transporte, la edificación y los servicios públicos.



Esa estrategia contempla un total de 186 medidas, que dejarían achicar la intensidad energética en un 72% y, al tiempo, posibilitarían un crecimiento económico del 3% en el lapso de diez años pensado. No obstante, hay algunos sectores que muestran mayores desafíos que otros, y entre ellos resalta el transporte, que ejerce una presión importante sobre el consumo de energía.



Es por este motivo que se han propuesto medidas concretas para este campo, como la mejora en la gestión de flotas y el establecimiento de centros logísticos, la reducción de límites de agilidad en áreas urbanas y la implementación de tecnologías más eficientes. La industria, por su parte, ha sido entre los sectores mucho más controlados y que más mejoras de eficacia introdució, más allá de que se espera que siga adelgazando en el PIB Visite este enlace gracias a los cambios estructurales y la pérdida de competitividad.



Sin embargo, la Asociación de Compañías Eléctricas (AEGE) cuestiona la afirmación del Gobierno respecto a el perder peso de la industria, ya que estiman que esto no se corresponde necesariamente con la verdad actual. Asimismo, afirman que la energía puede ser un costo que desequilibre la competitividad, y que es esencial que se contengan condiciones de compra energética competitivas internacionalmente.



Finalmente, es importante resaltar que no solo el Gobierno ha tomado medidas para promover la eficiencia energética, sino que también las compañías productoras y distribuidoras de energía están implementando resoluciones para promover el ahorro y reducir su propia huella de carbono, lo que revela que el compromiso con el medio ambiente es un fin compartido por todos los sectores de la sociedad.